jueves, 29 de diciembre de 2022

Perdona

 Hace demasiado tiempo que no paso por aquí. La última vez durante el confinamiento maldito que trajo consigo bastantes problemas en mí.

 Me gusta pasar tiempo en soledad y encerrarme en casa cuando no quiero saber de nada que ocurra lejos de las cuatro paredes que me cobijan, pero cuando no queda otra, cuando toca cumplir ahí cuesta más. 

 Se me quitaron las ganas de leer, de escribir e incluso de estar cerca de la persona con la que adoro despertar al lado. Después de dos años puedo expresarlo sin sentir vergüenza porque en ese momento no estaba bien. Mi cabeza iba a mil revoluciones, quería saltar por el balcón y volar, escapar del encierro cual pájaro enjaulado sin mirar atrás, sabiendo que querría volver al lado de esa persona con la que he formado una familia.

 Pero no estaba bien. En cinco minutos pasaba de estar feliz y reír por todo a tener que encerrarme en mi habitación por no liarla, o llorar por nada. Bendita paciencia tienes, mi amor.

 En ese tiempo encontré una afición, leer las biografías de escritores de todo el mundo. Ahí encontré muchísimos autores y autoras desconocidos para mí, es una lástima que no todos lleguen aquí, y aprendí más en esos momentos de literatura mundial que en todos mis años de estudiante. Pero ocurrió algo que destrozó dicho entretenimiento, se estropeó el ordenador y no tenía dinero para repararlo. Volvió el bajón. Antes de continuar aclaro que no me gusta leer biografías en el móvil, lo intenté.

 Otra vez los cambios bruscos de humor, la desesperación y la sensación de estar perdido. Había conseguido recuperar el dulce hábito de leer, pero ya no me sentía con la capacidad de analizar mis lecturas como antaño y me con formé con la típica foto y las publicaciones en redes sociales, que tampoco me venían mal.

 Después de todo encontré trabajo, me gustaba mucho lo que hacía y pagaban bien, considerando que hasta ese momento no había superado el umbral de los 800 euros, en los viajes de ida y vuelta leía y en los descansos también. Pero después de varios meses y de algunas promesas de ascender que nunca se dieron, decidí liarme la manta en la cabeza, y decidí abrir una librería. Tenía ahorros para abrirla online, las ganas y la ilusión de trabajar (a medias) en lo que me apasionaba y por una vez me sentí plenamente feliz. Y sigo plenamente feliz. En estos casi tres años he pasado por mucho y aunque no me va todo lo bien que desearía puedo decir que la vida me está tratando bien y que tengo motivos para seguir adelante.

 Si has llegado hasta aquí perdona la chapa que te he dado, pero necesitaba expresarme como no recuerdo haber hecho en mucho tiempo. Gracias. 

martes, 31 de marzo de 2020

Big little lies


Rencor, odio, venganza, violencia, envidia… en esta ciudad hay muchos secretos y mentiras apaciguados que no tardarán en explotar.

En la península de Pirriwee empieza un nuevo curso escolar. Niños, madres y padres están muy emocionados por la nueva etapa que van a empezar los pequeños.

Madeline lleva a sus dos hijos pequeños; Fred, que empieza segundo y Chloe, que comienza su primer año en preescolar. Celeste y Perry llevan a sus gemelos Josh y Max. Renata lleva por primera, y única vez, a su hija Amabella y Jane, recién llegada a la ciudad, lleva a su pequeño Ziggy.

Después de haber analizado libro y serie (solo la primera temporada), encuentro el mismo número de diferencia y similitudes que hacen que ambos merezcan la pena de leerlo y verla. Si no hubiera sido por falta de tiempo, seguramente no hubiera tardado nada en terminar esta novela fácil de leer, entretenida e intrigante.

En las puertas de los colegios siempre se ven a madres y padres ejemplares, lo que no siempre se sabe es los que esconde cada familia entre las cuatro paredes de sus casas.


Nota: 8

jueves, 5 de marzo de 2020

Aprendiendo desde la infancia


La mañana en que comienza el nuevo curso escolar para Tambu y su hermana Rebe, escuchan un tremendo ruido en el salón después de terminarse el desayuno. Asustados, deciden ir a ver qué es lo que ha ocurrido cuando se encuentran a su padre tirado en el suelo, inmóvil. Al intentar que su padre reaccionara se dan cuenta de algo: su padre había muerto por primera vez.

Cuando llegó la ambulancia al lugar de los hechos, Armando, vecino de la familia, se lleva a su casa a los niños para cuidar de ellos mientras su padre se recuperaba. Allí conocieron a los hijos de Armando Claudia y Elvis. Tambu se hizo amigo de ambos, pero Rebe es más reservada y no terminaba de fiarse de nadie.

A partir de ese momento la vida de Tambu empezó a cambiar. En su nuevo colegio no le va demasiado bien; tiene problemas por aprobar las asignaturas, tiene peleas con algunos de sus compañeros y uno de sus profesores los expulsa de clase con demasiada facilidad. Por otra parte, en casa de Armando estudia y juega mucho con Elvis y no siempre a juegos inocentes. Pero es feliz.

Es el primer libro que leo del autor, me lo recomendó y regaló mi mejor amigo y, a pesar de que me hubiera gustado que tuviera más páginas, me ha encantado. El despertar sexual, los últimos días de infancia y la madurez temprana del protagonista marcan la esencia de esta novela.

Nota: 7