miércoles, 22 de enero de 2020

Pesado pero con posibilidades


María Cortorreal meses antes de que su hijo naciera decidió que Ramón Pizarro, amigo de su marido, fuese el padrino del niño.

Días antes de que el niño naciera, María fue hacia la pequeña biblioteca que se encontraba en el fondo de la sala para coger un libro donde aparecía una larga lista de nombres y apodos comunes y eligió para su hijo el nombre de Julio.

Julio nació pesando casi siete kilos de peso, con la cabeza cuadrada y grande, la piel deshidratada y los labios morados a causa de las vueltas alrededor del cordón umbilical. María lo pasó tan mal en el parto que decidió que no tendría más hijos.

Durante las cuatro primeras noches después de casarse, María evitaba la tentación de su muy sexual marido, ya que ella pensaba que el coito solo había que practicarlo para la preservación de la especie y no por placer. A la quinta noche, viendo que las prácticas sexuales le estaban gustando más de lo que supuso y, tras sentirse sucia, acabó poniéndose de rodillas rogando a dios que la perdonara por sentir placer. A raíz de esa situación, decidió que cada vez que hicieran el amor contaría los números al revés para no dejarse llevar por la situación.

Historia narrada de forma algo desordenada que nos cuenta la historia de los padres de Julio desde poco antes de que se conocieran hasta la muerte del padre (no es spoiler), y la posterior salida delante de la madre del protagonista después de esta tragedia. El drama de una mujer que escucha a su marido hablar en sueños cada noche y el cómo no se sorprende por nada de lo que ocurre después de esto.

Nota: 6

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